El titular de educación, Ángel Gabilondo, presentó ayer el prototipo educativo del Partido Socialista. En él, figuran hasta un total de más de 100 medidas que pretenden contribuir a la mejora del actual modelo educativo. Entre las más destacadas figuran convertir a 4º de ESO en un curso orientador con dos opciones: la preparación de cara a bachillerato o la destinada a los estudios de ciclo medio o ciclos formativos. Y esta medida no sirve más que para alcanzar los objetivos planteados por el PSOE entre las que se encuentran alcanzar una tasa de graduación del 85% en estudios postobligatorios.
Por el contrario, quienes al finalizar el tercer curso de Educación Secundaria Obligatoria no estén en condiciones de acceder a cada una de las opciones señaladas, podrán optar entre repetir el tercer curso, con las medidas de refuerzo oportunas, cursar un programa de diversificación curricular o un Programa de Cualificación Profesional Inicial.
Además, al final de cada etapa escolar, tanto en 6º de Primaria como en 3º de ESO, se someterá a los alumnos a examen para evaluar los conocimientos adquiridos, labor que desarrollará el Instituto de Evaluación. El resultado de este examen permitirá a los centros saber las condiciones en las que los alumnos ingresan en la Educación Secundaria Obligatoria o por cuál de las dos vías (explicadas anteriormente) se debe optar al concluir esta etapa.
En cuanto al papel que el profesorado debe ejercer en el procesote enseñanza, para resarcir su imagen tan solo se plantea realizar campañas para aumentar la consideración social del profesorado, reconociendo y valorando su labor como elemento indispensable en nuestra sociedad. De poner en práctica medidas que ayuden a conservar su status frente a padres y alumnos nada se dice.
Sobre lo que tampoco hace referencia el borrador es sobre la enseñanza en catalán en las escuelas o sobre educación para la ciudadanía. El apartado que más se acerca es el denominado “Educación en valores” en el que el Partido Socialista afirma que promoverá la cultura del esfuerzo, la exigencia y la responsabilidad personal además de impulsar la educación en valores desde todas las áreas o materias, promoviendo el respeto a los derechos humanos, la igualdad entre hombres y mujeres y las formas democráticas de convivencia, así como la prevención de todo tipo de violencia, especialmente la dirigida contra las mujeres.
La propuesta del Partido Socialista también está sobre la mesa. Ahora toca forjar un modelo educativo que supla las carencias del actual. Eso sí, ambos bandos, a través del consenso, consiguen conciliar sus posturas.